El Hombre y H livin

La misión de los pocos grandes hombres
Son pocos aquellos que mueven la tierra, son pocos los que se desgastan para emprender la cruzada que les fue asignada, los que se desviven día a día para alcanzar lo que les fue entregado como mandato. Son esos pocos los que transitan con todo derecho la tierra que habitan, con toda autoridad, aunque se vean obligados a mantener a flote al montón para que no se vean en una terrible miseria retraída, gran deber la de sobreactuar en su tarea para que otros alcancen a sobrevivir, no por ser más capaces, no por poseer súper poderes, ajenos al humano, sino porque supieron aprovechar todo de lo que disponían para desempeñar su cargo y superar las limitaciones infectadas por todos esos que van en su completo sentido contrario. Fue la habilidad decidida la que lo trajo al mundo de las cabezas, fue el empeño por conocer su rumbo, su forma, sus compromisos, poderes y limitaciones, lo que lo saco a las filas de aquellos que lideran la dirección de las masas, masas que imploran por personas que les muestren un camino, una luz o un sentido para poder querer seguir porque no encuentran forma de ver todo lo que algunos pocos parecen vivir, el mundo que alcanza niveles aún ocultos para el resto.
Somos guerreros de una causa los que avanzamos para abrir las brechas de un mundo fabricado para aplicar la capacidad y genialidad del hombre humano, brechas que abren caminos que ya existen para los pocos que nos atrevemos a buscarlo, caminos de grandezas y tesoros inimaginables por el aún ojo miope de la población de nuestra era, porque no es el que mejor nace, o nace mejor el que lo ve o lo vive, no es el que trae la suerte, es el que bajo las manos del creador, que nos hizo por igual y con el mismo llamado, accedió a creer y a emprender lo que muy pocos se atreven a emprender, el viaje que nos transforma de simples criaturas existentes a hombres con propósito, hombres con la noble responsabilidad de llevar y liderar a un sinfín de personas y generaciones al avance progresista, a la prosperidad, a la marcha hacia la gloria. Esa es la faena laboriosa de los que decidimos ser los hombres que debemos y nos complacemos en ser.
H livin